CAMBIO RADICAL

No hay nada mejor en la vida, si es que no te ocurre nada extraordinario que te haga tener mariposas en el estómago, que poner tu cabeza en manos de un peluquero kamikaze al que le digas “quiero salir de aquí siendo otra, quiero cambiar, pero de verdad” ¡Uuf, qué subidón de adrenalina!! Resulta que entras siendo una persona y sales siendo la misma, pero por lo menos te llevas dos o tres días moviendo la cabeza de un lado para otro, pasando una y otra vez delante del espejo, metiendo los dedos a modo de peine por la nuca….. Justamente lo que hice yo ayer. Me puse en manos de mi amigo Félix, el mejor peluquero de TV!, besos desde estas líneas ¡Félix, todo un éxito!!.
El corte se llama BOB, ¡uy, vaya nombrecito!. Pero de tener el melenón rizado casi hasta la cintura y que ahora me toquen las puntas la nuca, hay una gran diferencia. Estoy contenta, a la gente le gusta y no me ven rara, dato importante, y sobre todo lo mejor ¡es que dicen que parezco más joven!! Que pensándolo mejor, no sé si me gusta demasiado ese halago, porque para parecer joven necesariamente debo de ser o parecer vieja.
En cualquier caso, estoy contenta y sobre todo super cómoda, ¡¡de pensar que voy decir adiós durante un tiempo a acondicionadores, mascarillas, peines,….me entra un alivio!!!

Os aconsejo que cuando vuestra vida ruede por inercia paséis por la peluquería y digáis al peluquero/a “QUIERO UN CAMBIO RADICAL”. Ya veréis qué bien os sentís.