Quizá la maternidad hace que sea más vulnerable ante una guerra. Realmente no sé casi como plantear o desarrollar esta entrada, porque cuando algo me inunda de sentimietos encontrados no sé como materializarlos. Me estoy refiriendo a la guerra de territorios que enfrentan a israelitas y palestinos y que si retrocedemos hasta llegar a la raiz del problema, nos hace ver que todo comienza por el choque de religiones.
A veces, últimamente más que menos, me siento más que ofortunada por haber tenido la gran suerte de haber nacido en un lugar en que no hay problemas vitales ya sean políticos, geográficos, religiosos o de cualquier otra índole que nos haga hacer temer por nuestras vidas y sobre todo por la de nuestros seres queridos.
Desde hace años venimos escuchando en los informativos, leyendo en prensa el conflicto sin fin que tiene a los Palestinos pululando por tierras vecinas y viendo cómo les van ganando terreno. Pero para ser honesta he de reconocer que me preguntaba exáctamene qué era aquello que tanto odio había llevado a tal barbarie y sentía que cuanto menos lo que podía hacer por ellos, los Palestinos, era saber su historia !por supuesto nunca para justificar ni una sola muerte! pero si para poder hacer una valoración propia y tener un juicio más o menos equilibrado y real del asunto.
En el buscador que la mayoría utilizamos hice una búsqueda acerca del asunto y he estado al menos dos o tres días leyendo, ahondando...pensando.
Como he dicho antes no hay nada que justifique una muerte, pero me parece muy fuerte lo que desde hace tanto tiempo lleva sufriendo el pueblo palestino ¡y nosotros aquí tan tranquilos! Sé que no podemos hacer nada directamente por ellos, por eso al menos os invito que al igual que yo investiguéis sobre esta guerra absurda que como todas solo traen, odio, miedo, rencor, MUERTE.
Y como no podía ser de otra manera mis últimas lineas se las quiero dedicar a tantas criaturitas inoncentes que en el mejor de los casos sufren la ausencia de seres queridos, frío, hambre, miedos y en el peor de los casos la pérdida de su propia vida, por un trozo de tierra que nunca nadie se llevará cuando se muera.
