jueves, 23 de abril de 2009

NO SE LO DIGAS A MAMÁ

Estaba posponiendo desde hacía tiempo una entrada sobre mi parecer acerca de la nueva Ley que la ministra Bibiana Aído quiere desarrollar, y con la que en absoluto estoy de acuerdo. La política no es algo que me guste tocar, quizás por el propio desinterés que me transmiten los partidos de este país y por tanto del mío propio. Pero hay cosas en las que me tengo que plantar y decir "¡por ahí no paso!.
Sin embargo cada momento que he tenido me ha parecido poco para desarrollar algo tan complicado. Es por eso, que he puesto un artículo que Mariló Montero, periodista y esposa de Carlos Herrera, (también periodista )y madre de una adolescente, escribió para el DIARIO DE SEVILLA el pasado 21/3/09, y con el que no puedo estar más de acuerdo. Suscribo absolutamente cada palabra, sin quitar una coma, y he querido compartirlo con todos vosotros.





Me gustaría saber la identidad de los nueve expertos en los que la
ministra Bibiana Aído se escuda para defender que una niña de
dieciséis años puede abortar sin consultar con sus padres. Me
gustaría
saber de qué son expertos y si son padres y madres. Me gustaría saber
en qué se fundamentan para decir que dejar tan dramática decisión en
manos de una adolescente aterrada es lo mejor para ella. Me gustaría
saber si se han parado a pensar que esa criatura, tras mantener una
relación sexual precipitada, va a empezar a sufrir lo que la
literatura científica ya ha diagnosticado ante un aborto.

El síndrome de aborto reúne quince síntomas psicológicos que van
desde la angustia al sentimiento de culpabilidad, la ansiedad, los terrores
nocturnos, la depresión, los trastornos de alimentación o de la vida
sexual. Síntomas que pueden llegar a aparecer, dicen los psicólogos
de la Asociación de Víctimas del Aborto, incluso años después de haber
abortado. Me gustaría saber con qué valor lanza la joven ministra
Aído, con una sonrisa, como quien anuncia un anticonceptivo novedoso,
que una niña de dieciséis años está tan capacitada para abortar como
para casarse.

Una niña de dieciséis años no está capacitada para abortar ni para
casarse, por mucho que se esté normalizando lo que son parches en la
vida. Una cosa es que lo haga y otra bien distinta la sacudida que la
vida le da a una adolescente casada, quien sale adelante gracias a
los apoyos de la familia. Me gustaría saber quién le va a informar a una
adolescente de dieciséis años de que si se queda preñada puede
abortar sin decírselo a los padres y también en quién se va a apoyar ante
semejante circunstancia. ¿En la mamá-administración, o en su mejor
amiga, con la que intercambia los vaqueros e inventa en su habitación
coreografías de Beyoncé? Me gustaría saber si esos expertos conocen
lo que es ser padres y las complicaciones a las que nos enfrentamos para
conquistar la confianza de nuestros hijos en la difícil adolescencia.

Me gustaría saber el protocolo de actuación que se llevará a cabo
cuando una niña de dieciséis años acuda al centro para abortar y cómo
será tratada. Me gustaría saber qué pretenden con esta propuesta de
ley, que autoriza a que se rompa la confianza entre hijos y padres. Y
me gustaría saber qué se pretende de los padres el día que nuestra
hija decidiera abortar en soledad. ¿La recibimos con un aplauso? ¿Le

damos sopa caliente? ¿Le preguntamos si llegó a ponerle nombre? ¿O
quién habría sido el padre? ¿Debemos obviar el tema, o celebrarlo con
una barbacoa? ¿Trae esas instrucciones la nueva reforma de la ley del
aborto? Una cuestión más: ¿meterán en la cárcel a una madre que le
discuta esa decisión a su hija adolescente? O es la ley del "no se lo
digas a mamá porque no la necesitas". Señorita Aído, me gustaría
saber si mi hija ha abortado sola. Porque soy su madre.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Muy bueno, muy bueno. Creo que Marilo Montero ha dado en la clave. Los políticos toman esto como si fuera un tema trivial, como si la decision de abortar fuera como ir a un dentista.Es que abortar, pese a soy pro-aborto, no es una cuestion fácil...más bien se trata, al menos para mi, de un acto de valentía donde los sentimientos de culpalilidad, de liberacion, de miedo, de ignorancia, se entremezclan, se revuelven provocando una situación estresante díficil de olvidar, creo yo , por lo menos en muchos años. Con 16 años todavía se es muy jóven para tomar una decisión de tal magnitud sin contar con el apoyo y confianza de una madre y de un padre. Yo creo que se han pasado.
Fátima

Paco Guerrero dijo...

mas claro agua,verdades como templos las palabras de esta mujer,madre,abortar es algo muy serio y una desicion de esa indole con 16 años,me parece que no es una desicion ajutada y real,la ayuda de lo padres es necesaria.
un abarzo

LA CHISPITA DE LA VIDA dijo...

Fátima:

Pues si, yo también creo que se han pasado, no sé en qué se basan y por quién son apoyados. Yo también estoy de acuerdo con el aborto, pero no límites y por supuesto que siempre con el permiso de los padres en el casos de menores de edad.
Un besito


Paco:

Me pregunto cómo es posible que para una menor de edad aborte, no sea necesario la autorización de los padres, y sin embargo sí que lo necesitan cuando un/a estudiante va a hacer una excursión con el instintuto ¿¡incoherente, no?!

Un beso

Paco Guerrero dijo...

sigo de cuerdo de contigo....
un saludo