¿Cómo se hace Dios mio? Me parece harto complicada la empresa que tenemos por delante los padres, EDUCAR A NUESTROS HIJOS. Asimismo, a veces me resulta difícil identificar la linea que separa el ser permisivo del ser estricto, hace que me desoriente, y que por tanto ellos puedan ganar la batalla diaria ¡y eso no puede ser!. Y no lo digo por mi, sino porque quiero hacerlo lo mejor posible, sencillamente porque ellos tienen derecho a recibir una “buena educación”. En la época de nuestros padres estas reflexiones eran impensables, simplemente porque ellos eran los que sabían, y las cosas se hacían así porque sí, y nada más, ni remordimientos, retrocesos o algún ápice de vuelta atrás. Sin embargo cualquier cosa que hacemos con respecto a nuestros pequeños lo ponemos en una tabla de medir y valoramos, nos evaluamos constantemente. Eso está bien pero también agota y no nos permite relajarnos ni un segundo.
domingo, 23 de noviembre de 2008
LA EDUCACIÓN DE NUESTROS HIJOS
¿Cómo se hace Dios mio? Me parece harto complicada la empresa que tenemos por delante los padres, EDUCAR A NUESTROS HIJOS. Asimismo, a veces me resulta difícil identificar la linea que separa el ser permisivo del ser estricto, hace que me desoriente, y que por tanto ellos puedan ganar la batalla diaria ¡y eso no puede ser!. Y no lo digo por mi, sino porque quiero hacerlo lo mejor posible, sencillamente porque ellos tienen derecho a recibir una “buena educación”. En la época de nuestros padres estas reflexiones eran impensables, simplemente porque ellos eran los que sabían, y las cosas se hacían así porque sí, y nada más, ni remordimientos, retrocesos o algún ápice de vuelta atrás. Sin embargo cualquier cosa que hacemos con respecto a nuestros pequeños lo ponemos en una tabla de medir y valoramos, nos evaluamos constantemente. Eso está bien pero también agota y no nos permite relajarnos ni un segundo.
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