Cinco, cuatro, tres, dos, uno ¡¡CEROOO!!!! Y empezó el colegio!!,
por Diós ya queda menos para que empiece las vacaciones de los padres. !Exáctamente!, nuestras vacaciones. Porque aunque sigamos en casa, el tiempo que tenemos se invierte de una manera más rentable o cuanto menos más relajada. Y es que estar con nuestros hijos es muy bonito, te ries, te sorprendes, aprendes; pero cuando nos quedamos solos, aunque sea para recoger la casa, que tranquilidad! Si dijera lo contrario, que todo es color de rosa, que estar todo el día con ellos es fantástico, en definitiva, que vivir para ellos es lo mejor de mundo, estaría mintiendo. Como ser humano, persona libre e independiente, en resumen,como mujer con muchos hobbies yo necesito mi momento de soledad, mi momento en pareja. Poder hablar tranquilamente con Pedro sin que nos interrumpan, empezar y terminar algo en el mismo momento, o sencillamente escuchar música mientras haces algo, son cosas muy sencillas y seguramente cotidianas que no tienen precio y que valoras cuando pierdes la posibilidad de hacerlo cuando te apetece. En fin, que el hecho de pensar que empieza el cole me hace vivir con ese nudo en el estómago por pensar que ahora empiezo a tener tiempo para mi o para nosotros y con la ventaja añadida de las ganas que tienen ellos de empezar este ciclo, que para los dos se presenta como novedoso, ya que Álvaro (6 años) empieza en 1º de primaria en un cole nuevo y Pedro (3) empieza en 1º de infantil por supuesto su primer cole.
Total, que salimos todos ganando!
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